El asma estaba cada vez peor, le agotaba tanto que le desmayaba; la última crisis sufrida le dejo tres días inconciente y se cagó como niño, así lo describía en su diario de combate. La vanguardia y la columna principal llevaban semanas incomunicados y los partes que escuchaban por la radio no daban informes de combates.
Él sentía acortarse el cerco, pero tenía la fe que saldrían adelante, ya otra veces había sucedido, y ahora no sería la excepción. Sufría las primeras experiencias de guerrillas de combate: deserciones, traiciones, poca integración campesina, era normal. Más adelante el cambiarían el terrero de batalla y las condiciones.
Ordenó acampar en ese lugar, montaron vigilancia y envió a explorarlo y a buscar alimentos para la tropa. Meditando pensaba en la fe inculcada por su comandante, necesitaba más hombres, pertrechos y medicinas. Los enfermos aumentaban como las tropas enemigas, hasta el médico necesitaba atención, él se encargaría especialmente de este, porque estaba ciego, y necesitaba más cuidado al avanzar poco por las condiciones de la selva.
Medía hora después el grupo explorador llegaba: “Comandante, Inti capturó un monito para la comida y según la exploración estamos cerca de la Quebrada del Yuro, todo lo demás en orden”, reportó Pombo.
-¿Cómo esta el ánimo entre los hombres?-
-“La mayoría de los bolivianos están bien entusiasmando y más aun con tu presencia como jefe, Inti y su hermano renunciarán formalmente al Partido, por la acción poco compañera del secretario, Mario. Lo que me preocupa es que los hombres de Cuba no siente la misma llama de la Sierra, pero son fieles a ti”. ¿Cómo está tu asma?
-Está de mierda, Pombo, ya se pasará.
-¿Algo más?
-No, escribiré en el diario, está oscureciendo.
-Si señor-.
¡Ah! Pombo, supervisa que este todo bien.
Pombo, asintió con la cabeza y se marchó. Apostó dos hombres para hacer guardia, dejó la comida en preparación, se sentó a revisar su fusil y observar que todo estuviera como lo había ordenado Ramón. Algunas veces se preocupa por su asma, y de que no la sobrepase.
Ocho de octubre inicia la marcha en ascenso, cerca de las cuatro de la tarde llegan a la Quebrada del Yuro, mientras acampaban fueron rodeados: han caído en una embosca. Pombo y otros guerrilleros rompen el cerco y logran escapar yson separados de Ramón y los enfermos. Se reagrupan y tratan de contactar a los demás y comienza a crecer el temor de lo peor: Ramón fue capturado.
Ramón logra resistir y avanza lento por los enfermos, mientras curaba una herida en su pierna izquierda varios soldados, que se dirigían a poner un mortero, se le abalanzan y le apresan junto con los demás.
En la mañana del siguiente día escuchan por radio que Ramón a caído en combate con siete guerrilleros, Pombo lloraba desconsolado, aprieta los puños y jura seguir la lucha hasta el final.
Esa misma tarde los generales exhibían como trofeo el cuerpo de Ramón el médico, como forma de amedrentar a los demás guerrilleros y la población en general.
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