La rara manía de mi hermano mayor era la de desarmar todos los aparatos electricos de la casa: radios, televisores, walkman, etc. Esto le trajo muchas peleas con mi madre porque luego de cerrarlos funcionaban a medias o no lo hacian, mi mundo era más bien jugar con otras cosas y nunca mostré interés por la electrónica y sus tubitos de colores.
Una tarde de esas en las que estuve jugando en el patio de mi casa, metiendo la cabeza en una cubeta, me surgieron algunas preguntas: ¿Viajará el sonido por el agua? ¿Cómo podría comprobarlo? pensaba aun jugando y tratano de escuchar lago: nada. ¿Cómo podré averiguarlo? ¡ZAS! pensé y abrí los ojos: "sí el radio de pilas de mami funcionara, claro, lo entro en el agua y si el sonido se escucha comprobaré mi teoría".
Esperé mi madre dormirse, lo hacía todas las tardes, tomé su radio de pilas sigilosamente del gabetero y lo llevé al patio: tomé la cubeta la llené de agua, prendí el radio y mientras lo introducía, con mi cabeza dentro trataba de escuchar la emisora. luego de 10 segundos tenía un radio lleno de agua, y miedo terrible.
¡Ay! ¡Me mata mami! lo coloqué de donde lo tomé, el gua llegaba hasta el pisos. Limpié lo que pude y alejé de la habitación.
Cuando mi mama se levantó, tomó el radio y dando gritos comenzó a llamar a mi hermano, lo tomó de la mano preguntándole que le hizo al radio, que estaba lleno de agua: "Mami yo no le puse la mano".
"Anjá el único que siempre está jodiendo con los aparatos eres tu, ahora verás" dijo y tomando la correa le propinó tremenda pela. De mi, no se sospechó ni por asomo, y no sabían hasta hace algunas semanas que les dije la verdadera historia del radio y el agua.
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