lunes, julio 16, 2007

Relato Onírico

La Luna oculta, ahí estaba dentro del espeso bosque; entre la penumbra sin poder ver, caminaba a tientas tropezando con los árboles intentado llegar a algún lugar, no hubo mas que tocar y sentía el viento escurrirse por mis dedos. Continué, sentí mi piernas mojadas y me undía, el pantano en el caí me rodeaba de musgo y el olor al agua le respiraba. Me levanté con gran esfuerzo. estuve atrapado y sentí ganas de pedir ayuda, si acaso alguíen me escucharía donde estaba.

La Luna adornaba el obscuro cielo y el aullido de los lobos me saco de mi admiración quebrando el silencio e hiriendo mis odios: asustado me incorporé, y con todas mis fuerzas salí del pantano decido a alejarme de ser la cena de estos animales.

Detrás escuché un movimiento destructor, los árboles en su caída provocaban un estrepitoso temblor del suelo, no miré a atrás: corrí desenfrenada y asustado mis piernas se debilitaron rápido y el siniestro espectro más cerca estaba, jadeando y sintiendo el corazón salirse de mi pecho, me detuve cinco segundos, seguido continué otra vez en vano. Y el siniestro me atrapó, su voz no provocaba ningún miedo, su físico por igual, pero de su s ojos resplandecía un llama escarlata que quemaba, no pude verles por más de unos segundos.

"En vano huyes, sabes que no existe lugar donde esconderte", dijo secamente. Sin levantar el rostro traté de hablar y el temor me impedía proferir palabra. Continuó: "Sabes que lo que busco es algo es tu alma y el pacto incumplido me hace tu dueño".

Sentí arder mi pecho, veía sacar mi corazón. Latiendo lo vi en su mano izquierda mientras levantándolo victoriosamente, reía de tal manera que parecía cubrir. Volvió hacia mi y sus encendidos ojos volvieron a quemarme. Cerré los mios sin deseos abrirlos. Lo extraño es que no había muerto. Lloré apretando los ojos fuertemente, quedé dormido, desperté en la sala de un hospital, vendando y con dolor en el pecho.




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