sábado, enero 19, 2008

¿Por quién votar?

Esta es la pregunta más común en este y los próximo meses en República Dominicana, puesto que se avecina el proceso electoral, matizado por los contantes ataques entre unos y otros, de cual, según ellos posee las mejores condiciones para dirigir la nación.

En mi caso personal cuando me formulo la misma pregunta, atino velozmente: ni por uno ni por el otro. Mis razones no son complejas ni requieren un curso exhaustivo de preparación política, requieren tan sólo ver las cosas tal cual son sin temor que le juzguen como un desertor o un ser extraño procedente de otro planeta. Ni el actual presidente ni los demás candidatos tienen como norte el bienestar de la mayoría, eso es mentira. Buscan el bienestar propio.

El Santo Domingo es un secreto a voces que la actividad política se realiza para escalar económica y socialmente sin importarles que les llamen corruptos o ladrones; es más esto es pase seguro a no ser juzgado por malversación y en caso de que ocurra una acusación salir limpio como el agua, victimizado y con preeminencia.

Por eso no votaré seré una mejor una voz disidente que gritará a los cuatro vientos las barbaridades y los caprichos de los seudo-políticos dominicanos. La mejor respuesta es en estos momentos no votar, dejarlos que se ahoguen en sus ínfulas de líderes mesiánicos salvadores de los males que ellos mismo han creado.

1 comentario:

Ariel Santana dijo...

Has tomado la misma descisión que la mayoría de gente inteligente del país. El problema es que dejaremos que los brutos elijan.