El cordón está ahí invisible, presente; la atadura es mayor que cuando paseaba la antigua ciudad intramuros, llena de callejones, calles sin asfaltar, gente que poseían una casa de ensueño construida casi a comienzos de la colonización, pero calléndose a pedasos y con puertas agujereadas. No sentía la rapidez que tiene esta ciudad perdida, que corre a ritmo de rock and roll, es express.
No es comparable siquiera con el calor de las personas de allá, aquí las personas son como el frío, templadas, pálidas, aburridas, antipáticas; pareciera que todos están mal humorados, nadie se mira a los ojos, se miran esquivamente con temor. Algún sonido extraño es motivo de susto, gritos, el 9/11 los ha traumatizado. Fue terrible según me cuentan.
Mi ciudad es esa las misma despojada de su brillo, de su gente, pero con la valerosa virtud del deseo de ayudar a cualquiera, y los deseos de volver caminarlas no como un visitante temporario, sino como todo un ciudadano orgulloso de pertenecer a una raza de hombre gallardos que les llama dominicanos, allá es donde quiero volver.
1 comentario:
Son muchas las diferencias, para plasmarlas todas tendriamos que sentarnos por varios dias!
Te cuidas.
Las partes que no has leido de a patadas, las publique hace unas semanas, para encontrarlas solo tienes que ir al extremo derecho, y darle click a la seccion de cuentos.
te cuidas
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