Te has ido, no ha sido
calladamente. Tu labios
sabios han bociferando
atrocidades; tus ojos,
que una vez con ternura
miraron los mios, lo hacen
con desprecio. Olvidas que
aun presentes esa actitud y
con tus ínfulas de mujer
fuerte, sabes que el fondo
serás siempre mía.
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